El secreto del orfebre de Elia Barceló

¿Viajes en el tiempo o simples recuerdos?
El secreto del orfebre de Elia Barceló es una novela corta publicada en 2003. Esta historia de amor envuelta en un sutil anacronismo y en un baúl de recuerdos ha hecho que se me venga a la cabeza con nostalgia una serie que disfruté muchísimo. Esta serie es Dark, una serie alemana que está repleta de conexiones extrañas entre diferentes generaciones y de viajes en el tiempo. Los años 50, los 80 y el 2019 juegan un papel muy importante. Al igual que años futuros. Se ve claramente la conexión entre el pasado, el presente y el futuro. Esta relación entre diferentes épocas también se aprecia en la novela.
En la novela de Barceló se narra la historia de amor entre un joven y una mujer mucho más mayor que él. Tras varios intentos de coincidir en algún momento con ella, el protagonista consigue un encuentro con ella. En este momento Celia recalca sorprendida su regreso: "¡Has vuelto!" Esto dejó a los lectores sorprendidos. ¿De qué le conoce?
El adolescente nunca tuvo claro qué hacer a lo largo de su vida ni qué estudiar, él simplemente se conformaba con trabajar con su tío Eloy de orfebre. En sus planes estaba fijado un viaje a Nueva York y una boda con ella. Una boda a la que Celia se negó rotundamente. Pero... ¿qué hay de la boda que sí que fue aceptada por Celia Sanjuan?
Durante la posguerra, Celia y este joven se volvieron a ver, pero él ya no era un adolescente, él ya era un hombre de cuarenta y tantos años. Había crecido y repentinamente había vuelto a por Celia. Al pasado. A casarse con ella y a llevársela a Nueva York.
Se sorprendió al ver a Celia siendo una adolescente y al ver a sus padres siendo jóvenes junto a ella. Había viajado al pasado. Con su identidad falsa y obtenida gracias a la existencia de su tío abuelo Pablo, este joven y no tan joven, en esta época decide echarse atrás y dejar plantada en el altar a la pobre Celia. La condenó a estar triste el resto de su vida, a no volver a confiar en los hombres y a estar esperando su regreso. Y volvió, claro que volvió. El hombre que la abandonó sin justificación alguna volvió reencarnado en un cuerpo alto y delgado de 19 años y la besó, y le hizo recordar. Pero se volvieron a separar. Y se volvieron a encontrar porque el joven delgado de 19 años volvió al pasado para volver a encontrarse con ella siendo él ya un hombre adulto. Sí, estamos pensando lo mismo. Se ha tratado todo este tiempo de la misma persona.

Mientras estaban juntos en la época de posguerra, es decir, en el pasado, en el presente se estaban conociendo y en el futuro, Celia, se estaba muriendo. El 1 de noviembre de 1999, falleció. Dejó una serie de cartas llenas de incertidumbre. Siempre estuvo esperando y preguntándose por qué y cómo. Todo esto recuerda un poco a las paradojas de Dark.
En la serie alemana se encuentra la respuesta: la pregunta no es cómo ni dónde sino cuándo. ¿Cuándo se marchó? ¿Cuándo volvió? ¿Cuándo fue él y cuándo no fue? ¿Cuándo se casaron? ¿En qué época lo hicieron realmente? En todos los tiempos la abandona. En todos los tiempos se enamoran, en todos los tiempos no se pueden olvidar el uno del otro y en todos los tiempos existentes se da ese abandono por parte suya o por parte de ella cuando rechazó el viaje a Nueva York que le ofreció ese muchacho de diecinueve años. Si hubiera sido otro lugar... quién sabe. Otro lugar que no le recordara a él. Al hombre de cuarenta y tantos que conoció en el pasado.
Esta intensa y breve novela nos da una lección sobre el amor imposible y deja al lector nostálgico y pensativo. Nos hace reflexionar sobre el tiempo, nuestras palabras y la importancia de aclarar las cosas antes de que sea demasiado tarde. El tiempo es un elemento fundamental en la historia ya que se trata de lo atemporal. Para comprender la historia en la que se sumerge esta breve novela, es mejor que cada uno (si os apetece) la lea. Elia Barceló y yo os invitamos a leerla.